Estamos en tiempo de alegría y
buenos deseos para todos, para los que nos son más cercanos y queremos, y por
supuesto también para todos los demás, ese prójimo que no debemos olvidar, claro
que si. También es tiempo de ilusiones en el mundo cofrade. Y es que en este
mundillo se trabaja duro en el presente, pero también pensando en retos y
proyectos de futuro. Son todos esos proyectos que evocan en los cofrades
ilusión por aquello que enriquecerá positivamente a las personas y a la celebración
de la Semana Santa. Y no nos referimos solo a lo material, porque el bienestar
y la felicidad no se consiguen sólo con bienes tangibles.
En este artículo de despedida del
año, queremos formular algunos deseos para el 2017 en el ámbito de las
hermandades y cofradías en pro de todos esos proyectos que creemos sinceramente
que conseguirían ese efecto positivo del que os hablábamos.
En primer lugar nos encantaría
tener una Semana Santa despejada en lo climatológico, sosegada y sin
incertidumbres. Y ojalá que disfrutemos de ese buen tiempo desde las vísperas,
con un espléndido Viernes de Dolores donde la tradición de gentes y colas
interminables se repitan esperando visitar a la Señora de Córdoba. Y porque no
también un sensacional Sábado de Pasión. Aunque ya hubo salidas procesionales
en años anteriores, este año que empezamos a dejar atrás sirvió para que esta
jornada tomara verdadero impulso. Sin duda que, cada vez más, veremos trasiego
de gentes dirigiéndose a barrios como el de Electromecánicas para ver nazarenos
verdinegros precediendo al Cristo de la Conversión aún en solitario en su paso,
pero llamado a ser eje central de uno los grandes misterios de la Semana Santa
de Córdoba; o hasta el Parque Figueroa para presenciar la salida solemne de la
dolorosa de las Penas que ya quiere tener al Cristo de las Lágrimas
acompañándola; o hasta Cañero para comprobar que no fue un espejismo la primera
“presentación al pueblo” de la cofradía del Señor de los Afligidos; o hasta la
barriada de La Paz para participar de la seriedad penitencial de los hermanos
del Traslado al Sepulcro que anhelan dar pasos para convertirse cada vez más en
Hermandad de pleno derecho; o incluso hasta la barriada del Higuerón para
presenciar como la ilusión cofrade llega hasta lo más alejado de la ciudad. Y
esta jornada o quizás otros días de vísperas, tienen potencial para crecer
porque más proyectos de hermandad parecen llamar seriamente a la puerta: la mercedaria
hermandad de la Quinta Angustia o las Negaciones de San Pedro de la Fuensanta
son los más factibles exponentes.
Del mismo modo, también es deseo
de todos que se despejen las dudas que pueda haber sobre la nueva Carrera
Oficial por la Catedral y su entorno. Qué bueno sería comprobar que todo
discurre fluidamente, que se pueden cumplir horarios y que no hay parones por
cruces entre cofradías. Al mismo tiempo, que todos -cofrades, turistas y
vecinos-, pueden transitar sin dificultad y con total seguridad por las
calles. Sería estupendo que los
recorridos planificados hayan sido acertados, vistosos y libres de obstáculos
problemáticos. Qué las cofradías más
alejadas del nuevo recorrido oficial encuentren que su esfuerzo vale la pena,
estando bien acompañados por el público al tiempo que su cortejo no se
descompone en ningún momento. ¿Sería mucho pedir que los principales actores en
las estaciones penitenciales, nazarenos y costaleros, muestren la seriedad,
compostura y rigor acordes a la manifestación religiosa de la que participan?
Volviendo a la Carrera Oficial, y vistas las recientes trabas legales que se
han despejado, sería genial que por fin se abra la segunda puerta de entrada al
interior catedralicio, lo que redundaría en esa fluidez deseada de la que
hablábamos al principio y dejaría de ser excusa para los que aún dudan de la
idoneidad de este entorno como lugar de recorrido común para todas las
cofradías. Por último, sería una gran noticia que palcos y sillas se llenan de
público respetuoso, dando el calido fervor que las hermandades merecen en este
entorno.
En el apartado patrimonial,
estamos deseando contemplar estrenos de bordado que la lluvia del 2016 impidió
contemplar por las calles. Pero hay más novedades previstas para 2017 que son
muestra del buen hacer en diseño y ejecución, además de contribución al
enriquecimiento patrimonial de las cofradías y de la propia ciudad. Por
ejemplo, esperamos avances en bordados como los del palio del Rocío y Lágrimas
o paños de bocina para la Estrella. También avances de talla en pasos como los
de El Buen Suceso y Prendimiento o en la orfebrería de los respiraderos del
palio de la Reina de los Ángeles. En orfebrería no olvidamos los nuevos
ciriales del Descendimiento. Y por su puesto el trabajo en proyectos más
discretos, porque serán estrenos de años próximos, como los palios de la Salud
de la Hermandad de la Agonía o la Esperanza del Valle de la Hermandad de la
Cena.
Más allá de la Semana Santa, que
grato sería comprobar que se consigue el respeto y la comprensión mutua entre
los cofrades y todos aquellos que ni lo son ni comparten las creencias
religiosas. Ojalá haya tolerancia y nos demos cuenta que hay espacio para
todos. Esperemos que queden desterrados episodios de intolerancia y desplantes
por parte de instituciones políticas ante un colectivo, el cofrade, que
contribuye no sólo a la labor catequética de los fieles, sino también al bien
común de la ciudad como un buen motor turístico y económico. Y todo esto sin
olvidar la importante labor social de las hermandades. Ojalá sigan siendo un
buen canal para distribuir bienes y afecto entre los más necesitados.
FELIZ NAVIDAD Y FELICES FIESTAS A
TOD@S!!
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