domingo, 27 de noviembre de 2016

DOCE MESES, DOCE COMENTARIOS COFRADES – NOVIEMBRE 2016: SEPTIMO COMENTARIO

LO QUE EL SEÑOR NO SE MERECE



El pasado 31 de octubre nos encontrábamos el artículo “El Señor se merece un paso” que firmaba Marcos Fernán Caballero para el magnifico blog cofrade “Gente de Paz”. Además de expresar un deseo bastante manido, que resumidamente sería que el Santísimo Cristo de la Salud vaya en Semana Santa sobre un paso con costaleros, y siendo bastante benevolente con la cofradía de la que esta imagen es titular, igualmente dedica unas cuantas líneas a poner “finas” a un par de cofradías entre ellas, y como no podía ser de otra manera en estos tiempos, a la Hermandad Universitaria.

Desde que uno tiene uso de razón cofrade, oye este tipo de opiniones que son todo un clásico de la crítica cofradiera en Córdoba. En el artículo sólo ha faltado decir que también sean llevados por costaleros los pasos de la Hermandad de Animas y ya tendríamos la terna por excelencia de la estandarización cofrade en nuestra ciudad. Y que conste que las opiniones y los deseos son respetables, pero muchas veces resultan cansinos cuando no ofensivos si se alcanza la descalificación y la chufla como en el caso que nos ocupa.

Pero yendo al eje central del susodicho artículo, lo cierto es que no acabamos de vislumbrar cuanto de positivo es el cambio frente a una singularidad que en muchos aspectos llena al espectador curioso o al público devoto que disfruta de esta cofradía todos los Lunes Santos. Seguramente sus hermanos dotarían a la imagen de un magnifico trono bajo el que iría una solvente cuadrilla de costaleros que llenaría las ansias de todos aquellos deseosos de escuchar el rachear de pies de dicha cuadrilla, de presenciar un giro en un bonita esquina o de asistir a una “levantá” como Dios manda. Pero probablemente al mismo tiempo sería objeto de chascarrillos sobre su forma de andar por las calles, su equipo de capataces y contraguías estarían expuestos al habitual examen externo y como siempre se llenarían artículos y tertulias con especulaciones, debates e intrigas varias por el papel jugado en la hermandad por este núcleo de influencia. Finalmente, la impecable imagen de orden y saber estar en la calle, se vería alterada por el desconcertante trasiego de costaleros muchas veces incluso entre las propias filas nazarenas, porque estos tienen patente de corso y pueden ir por donde quieran y como quieran. Si, todo esto es un poco exagerado, pero solo un poco, que conste. El caso es que estaríamos ante una hermandad más, cuando precisamente estamos ante una cofradía que libremente decidió marcarse una peculiaridad que la hace inmune a todo este submundillo muy poco cofrade, y si me apuran, muy poco cristiano. Evidentemente, la cofradía no estaba pensando en todo esto cuando fue fundada y marco su impronta, ya que el incipiente mundo del costal no había degenerado en su lado, digamos, menos positivo. Pero ha tenido esa suerte, esta al margen de todas esas historias y felizmente es capaz de sobrevivir y mantenerse en números, actividad e imagen ejemplar.

¿Y que ganamos estando como estamos? La cercanía con la que el Señor de la Salud se presenta ante al espectador es incomparable en toda la Semana Santa cordobesa, invitando a la reflexión y la oración, uno de los objetivos indiscutibles de la cofradía que reza e invita a rezar las catorce estaciones del Vía Crucis durante su estación de penitencia. Y lo hace mostrando una estampa que tras más de cuarenta años, podemos calificar de clásica e irrenunciable, sin más distracciones que la sobria belleza de la imagen de este crucificado y del enlutado cortejo que lo porta y escolta. Por último, cabe resaltar el marco urbano, igualmente insustituible, único y excepcional. Calles estrechas, recoletas e íntimas que sólo la forma de portar al Santísimo Cristo de la Salud y su Hermandad del Vía Crucis es capaz de ofrecernos. ¿Se puede renunciar a todo esto para siempre? Creemos que algo que es único y nuestro, una singularidad de las estaciones penitenciales cordobesas, no debe perderse. El Señor no se lo merece.

P.D.: No se preocupen, tarde o temprano volverán a dar la brasa con el asunto -si no es con el Vía Crucis, será con Ánimas o con la Universitaria- y de nuevo tocará defender la personalidad frente a los cánones que una y otra vez se quieren imponer.

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