lunes, 29 de agosto de 2016

DOCE MESES, DOCE COMENTARIOS COFRADES – AGOSTO 2016: CUARTO COMENTARIO

TIRANDO PARA CASA

Ntra. Sra. de Salud y Traspaso obra del imaginero cordobés José Antonio Cabello Montilla

Hace escasos días que conocíamos el contrato firmado por el bordador ecijano Jesús Rosado para la hechura del palio de la Virgen del Amor de la Hermandad de Pasión. Sin duda una apuesta segura por la calidad del trabajo y profesionalidad demostrada por el taller de este artesano. Sin embargo, este tipo de noticias siempre nos hace reflexionar sobre los artistas de casa que en muchos casos dejan atrás la posibilidad de realizar trabajos de entidad y prestigio. Trabajos para la historia que sin embargo pierden la autoría cordobesa.

Bien es cierto que en muchos casos desconocemos las circunstancias. Quizás se les pidan presupuestos y plazos, y estos se salgan de razonable o de lo estimado como oportuno por una determinada hermandad. Pero, ¿se podría hacer algo más en favor de lo nuestro?

Un caso sangrante y del que mucho se ha hablado durante la pasada Semana Santa es el de las formaciones musicales cordobesas y su escasa presencia detrás de los pasos de nuestras cofradías. Parece que todo el mundo alaba su calidad e incluso se habla de precios más que razonables, cuando no más bajos que los de la competencia exterior, y sin embargo en una mayoría de casos toca emigrar para ganar contratos. ¿Por qué no apostamos y damos un voto de confianza a nuestras formaciones emergentes? ¿Por qué formaciones veteranas y consolidadas como la Banda del Cristo del Amor o la Agrupación Musical de la Redención, en el pasado tan demandadas, ahora tienen una presencia casi testimonial? Modas, complejos o no sabe muy bien qué, dejan casi en el olvido a ciertas formaciones, comprometiendo su futuro y desanimando a sus sacrificados componentes. Afortunadamente algo se ha movido en las pasadas semanas, haciendo justicia por ejemplo con la Banda de la Salud - El Naranjo -, pero se podría hacer mucho más por el resto de bandas.

Tras años donde la imaginería no paraba de mirar a Sevilla, desde finales de los ochenta y principios de los noventa, se produjo una acertada apuesta por los artistas cordobeses. Primero Miguel Ángel González Jurado, después Romero Zafra y Antonio Bernal, pero también José Antonio Cabello, Enrique Ruiz Flores, Alfonso Castellano Tamarit, Edwin Gonzáez Solis, y actualmente Pablo Porras y Juan Jiménez y Pedro García Velasco. Se ha llegado a hablar de una “escuela cordobesa”, por la cantidad de artistas y la personalidad propia de sus obras, lo que ha dado lugar incluso a que éstos exporten y podamos ver titulares salidos de gubias cordobesas en Málaga, Cádiz e incluso Valladolid, Elche o Bilbao.

Pero en Córdoba disfrutamos de bordadores, orfebres, doradores, tallistas e incluso diseñadores de prestigio. Tras Fray Ricardo llegó Julio Ferreira o Rafael de Rueda, éste último con importantes trabajos que han llegado incluso a la capital Sevillana.

Banda de la Salud de Córdoba

A pesar de todo, Córdoba, con sus antiguas y sus nuevas cofradías, sigue mirando al exterior como introducíamos al principio, aunque en mucha menor medida y de manera mucho más selectiva. Los trabajos del mencionado Jesús Rosado para la Hermandad de la Paz, y obras tan emblemáticas como el Cristo de la Universidad de Miñarro o el reciente Jesús de los Afligidos de Manuel Martín Nieto para la Presentación al Pueblo de Cañero son muestras, para ser sinceros, casi irrenunciables. Y del otro lado, de nuestro lado, igualmente obras como la túnica del Señor de la Sentencia obra realizada por Pérez Artes, María Santísima de la Quinta Angustia de Pablo Porras y Juan Jiménez, los diseños de Rafael de Rueda para la Soledad, la talla del paso de misterio del Buen Suceso que esta siendo realizado por Miguel Ortiz, el buen hacer de formaciones musicales como la Banda de la Esperanza, la Agrupación del Cristo de Gracia o la mencionada del Naranjo, el futuro Cristo de las Negaciones de San Pedro de Antonio Bernal para la pro-hermandad de la Fuensanta, las coronas de la Estrella, Salud y Soledad obras de orfebrería de Manuel Valera o una obra casi coral como el impresionante paso del Santo Sepulcro son sólo una muestra de la acertada obra propia.

Así que, si se mira fuera, que sea con el buen criterio de los últimos tiempos, pero no dejemos de buscar en casa y de apostar también por lo nuestro. Merece la pena y con el nivel actual enriquece tanto a las cofradías como al sector artístico cordobés.

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